André Ricard y Daniel Giralt-Miracle, miembro responsable de la ADI/FAD, proponen a la isla de Ibiza como sede del congreso bienal del ICSID de 1971. Así comienza la historia. Para ese entonces, ya existía en Barcelona el llamado “Grupo Abierto de Diseño Urquinaona”. Desde el grupo, y con Carlos Ferrater a la cabeza, ofrecen su ayuda a la organización del congreso. Se la niegan, parecía todo ya organizado. Junto a Fernando Bendito, Ferrater pregunta sobre el alojamiento de los estudiantes. Todavía no tenían nada. Consiguen la oportunidad que esperaban. Se envían miles de invitaciones a estudiantes de todo el mundo. El número de respuestas el mayor al de inscriptos.
El terreno ya estaba previsto, el encargo ya existía, los fondos no. Nunca llegaron a existir. No más que 10.000 pesetas. En comunicación con José Miguel de Prada Poole lo que parecía una utopía empieza a dejar de serlo. Si la ciudad para los estudiantes debía hacerse y deshacerse con la misma facilidad, y si ese era el presupuesto, no habían muchas más opciones. En el manifiesto que se envía junto a cada invitación se explicita perfectamente. La primera ciudad neumática del mundo. Una llamada a la imaginación y un experimento de vida en comunidad, facilitador de todo tipo de manifestaciones artísticas espontáneas. La vida como un espectáculo total. Sin programación alguna. Una idea compartida, un fruto de todos “nosotros”. Inscripción libre y llegada en barco. A la cala Sant Miquel, en Ibiza. Un lenguaje mínimo, en armonía con la naturaleza, un instrumental mínimo, una construcción rápida, un desmontaje igual de rápido y un reciclaje total. Y una contestación política, pero desde la creatividad, una vía de salida frente a un régimen a través del entendimiento del ocio como creación y de la creación como una experiencia vital. La ciudad instantánea.
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Quince mil metros cuadrados de cloruro de polivinilo y un millón de grapas después: una ciudad de plástico. Un sistema constructivo simple, una geometría inicial básica, un sistema de ventilación y sobrepresión, espacios mayores de comunidad, variadas interconexiones y algunas figuras de mayor complejidad: el pabellón del árbol, el hinchable tricónico, células aisladas y los cilindros y esferas que la comunidad iba agregando. Del 14 al 16 de octubre de 1971 tiene lugar en Ibiza el VII Congreso del International Council of Societies of Industrial Design (ICSID). La Instant City se convierte en símbolo del congreso y en imagen de vanguardia del diseño catalán. Una bóveda de aire coloreada y sin interrupciones se abre paso casi tan orgánicamente como la vegetación que la rodea.
Basada en unos principios que contradicen todas las premisas del urbanismo tradicional las experiencias vividas en la Instant City también fueron de lo más variadas. En palabras de sus ideadores: lugar de nuevas experiencias colectivas, construcción en grupo, el trabajo como medio de comunicación, anonimato, ocio, un comité ad hoc, una primera asamblea y algunas cooperativas. Hasta allí, todos contentos. Desde el momento en que se repartieron roles y empezaron a abundar normativas, algunos aborrecieron aquel experimento comunitario y se marcharon. Pero el de la segunda Instant City en respuesta a la primera Instant City ya es otro cuento. La mayoría concuerda en que el momento de mayor belleza y algidez tuvo lugar, dos meses después, durante el deshinchamiento de la estructura. Lo de condicionar lo menos posible el comportamiento de sus habitantes y de su entorno fue crucial para entender aquel ensayo de la Instant City.
Los diccionarios nos suelen ofrecer dos definiciones sobre lo instantáneo. “Que sucede o se realiza con la mayor rapidez, de forma inmediata” y “que solamente dura un instante”. Que si, que se ha montado y desmontado de forma bastante inmediata. Pero que los restos reciclados de esos hinchables se vieron por años en pajares y contenedores agrícolas del norte de Ibiza. Y las ideas que pregonaba y muchas de las luchas que se peleaban siguen siendo asuntos pendientes aún hoy. Y el recuerdo de la Instant City todavía se encarga de recordárnoslo. Como una rebelión contra la disciplina misma. En realidad, de instantánea, solo la historia.
.jpg?1642340977 "Una breve historia de la Instant City de Ibiza")
